La culpa fue mía

Sabía que arriesgar es como tirarse de cabeza,

y salté.

Sabía que te movía esa sensación de falsa libertad,

cuando abrazas cuerpos ajenos,

y que a veces es mejor no conocer.

Fue mi culpa, por ingenua,

por pensar que podría haber algo

de luz entre el aleph,

agujero negro de besos.

Por supuesto que la culpa fue mía,

la culpa, pero no el castigo,

pues tú te perderás

entre la multitud de cuerpos,

mientras yo me encontraré

en la intimidad, con mi alma.

La voz por ti dormida

 

Para amar no quiero acordes,

Ni memoria, ni tiempo,

Tan sólo este inmenso vacío

Que llena mis entrañas de tierra,

Tierra del paraíso perdido

Donde nos encontramos gimiendo

En día que la nada llamó a la puerta.

 

Para vivir no quiero castillos,

Ni poemas, ni canciones

Tan sólo un recuerdo efímero

De la esperanza ansiada.

Detrás de ti ya no estás tú

Ni siquiera tu recuerdo ya

Se te parece, tampoco el mío.

¡Qué pena tan grande vivir en los pronombres!

 

¡Qué pena tan grande deberte tanto

A alguien que ya no eres tú, ni yo!

Aquellas alegrías altas del querer

No están sino en el fondo,

Oscuro fondo, distanciado de los nombres.

 

Lo que dices me distrae de lo que somos,

Como castillos en ruinas, llorando

Las torres que cayeron forman ya

Parte de mí, como antes lo hicieron

Las promesas que no vinieron de ti,

Sino de los ríos y los soles del invierno.

 

Amor, hundimiento del mundo

Amarte siempre fue condenarnos

Querernos en una habitación

Fue como dejar de respirar.

Y aún así renuncié a la pasión

Cuando las palabras dejaron de llenarte.

 

¡Qué gran catástrofe fue quererte,

Pensar que te debía la voz!

El invierno se queda para siempre

En la mirada, y desde lo profundo

Pretende llegar a ti. Las almas

Dormidas de las noches que pasamos

Me recuerdan que ya no eres tú

Siempre otro, siempre diferente.

¡Como quisiera dejar de vivir en los pronombres!

¡Como quisiera volver al mar

de donde me sacaste, sombra de mí misma,

esperando que me nombraras!

Hija del Aleph

Cierren sus portátiles los hipsters,

apaguen los celulares los tuiteros,

llegó la hora de la muerte.

Olvídense de Amazon,

levanten la cabeza,

o llegará el final de la partida

con las cabezas incrustadas en el cristal.

Me aconsejó el sabio:

Escribe mientras puedas

para seguir viva siempre.

Entonces tuve que adaptarme

siempre desde lejos y siempre otra,

hija del Aleph, no volverás mañana

a ser tú misma.

Renuncien a esperar y vivan

desde ahora mismo.

 

 

Lectores entretenidos

Ahora que la ocasión acompaña a la lectura,

y las intenciones son insípidas,

resumamos las intenciones de este blog:

Provocar el desorden espiritual,

remover la conciencia existencial,

destripar los pensamientos primarios

y cuestionar los axiomas del alma.

Se trata de entretener, no de convencer,

de creer y de crear con las palabras.

 

Ante todo, el lector debe dejarse llevar,

pero no por la lógica, sino más bien por la música

de las palabras y los significados

que flotan para que les de forma.

Un buen lector debe colaborar a la creación poética

y aportar optimismo, o pesimismo,

según convenga.

 

El buen lector entiende el código que transmiten las palabras,

que no es el sentido de las palabras en sí,

sino más bien lo que representan.

Para ello el lector tiene que simpatizar con la obra

en la medida de lo posible.

El buen lector nunca subestima la palabra,

sólo así, la poesía cobra sentido.

 

 

Speech

Lo que sabemos hoy de la historia de ayer se lo debemos a las palabras, a las lenguas. Gracias a ellas conocemos los más grandes sucesos de la historia de la humanidad. Lenguas y humanidad enlazadas por un vínculo intrínseco. Así, el pensamiento lingüístico viene determinado por la capacidad del lenguaje que toda persona posee. Por consiguiente, el lenguaje, como facultad de persona, se actualiza con el sujeto que la exterioriza. Por esta razón no tenemos un resultado, sino miles y miles de lenguas.

Teoría M

Deja que descomponga las partículas,

en algo menos que nada,

diminuto, casi inexistente, espúmeo.

Dime, ¿acaso no es imaginación la física?

Misterio, magia y miedo.

 

Te pienso es todas tus posibles dimensiones,

trasparente y eterna, como cuando te conocí.

A sabiendas de no volver a ser la que fuiste

te confundiste con mi masa, cómoda y marmórea,

¡Ay de mí, confusa siempre!

Recae en mis hombros tu gravedad, intermitente,

y siento las vibraciones de tu corazón en el mío,

a través de nuestras cuerdas rojas.

La relatividad general nos está matando.

 

Metapoética

Te escribo para que existas,

querida alma dolorida,

cómplice de amor y desencanto,

cómplice de vida y muerte.

Te escribo para que sientas lo mismo que yo;

esta tormenta de desesperanza,

esta necesidad de un abrazo,

esta añoranza de un brindis.

Te escribo para que respires estas palabras

que te construyen mientras te nombro,

las mismas palabras con las que te maldigo

Te escribo para que existas en mi poesía,

cual recuerdo distante y ambiguo,

las mismas palabras, distintos sentimientos.

Te escribo.